Hoy, el 25% de la población global enfrenta desafíos hídricos críticos, un porcentaje que sigue aumentando a medida que la crisis climática se intensifica y la demanda mundial de agua crece. Las regiones de todo el mundo experimentan problemas diversos pero interconectados: algunas enfrentan sequías severas y escasez crónica, mientras que otras luchan con la disminución de la calidad del agua que no cumple con los estándares básicos de salud. Estos problemas se agravan por una mala gestión del agua, el consumo excesivo y la falta de prácticas sostenibles en las industrias y la agricultura, que juntas representan la mayor parte del uso global del agua. El impacto va mucho más allá de los hogares individuales, amenazando la biodiversidad, los ecosistemas e incluso la seguridad alimentaria global. Esta grave situación exige acción urgente, no solo por parte de los gobiernos, sino también de las organizaciones y las empresas. Esto resalta el papel de liderazgo que las empresas pueden desempeñar en la resolución de estos desafíos mediante la innovación, la colaboración y estrategias visionarias.
En el pasado, las empresas abordaban el uso del agua principalmente desde una perspectiva de cumplimiento, asegurándose de cumplir con los requisitos legales y operativos. Sin embargo, el creciente reconocimiento del agua como un recurso finito y compartido ha transformado esta visión. Hoy en día, las empresas no solo son usuarias del agua, sino también guardianas de su sostenibilidad. Al pasar de los enfoques tradicionales, las empresas se están convirtiendo en actores clave para avanzar en la gestión responsable del agua, adoptando soluciones innovadoras, reduciendo sus huellas hídricas y reinvirtiendo en los ecosistemas de los que dependen. Más allá del cumplimiento, ahora juegan un papel líder adoptando medidas para calcular su huella hídrica, optimizar el uso del agua e implementar estrategias de sostenibilidad.
Este cambio no solo está impulsado por cambios regulatorios, sino también por las expectativas de los consumidores y la clara conexión entre la gestión responsable del agua y la resiliencia empresarial a largo plazo. Las empresas que buscan ser Water Positive están estableciendo nuevos puntos de referencia, centradas en reponer los recursos hídricos que consumen y alineando sus estrategias con los objetivos de sostenibilidad locales y globales.
Entendiendo que el 70% del agua dulce se utiliza en prácticas agrícolas, en Agrow creemos que el futuro de los proyectos Water Positive está en manos de los productores que, a través de la concienciación sobre el uso del agua y la sostenibilidad, pueden generar un cambio positivo en las prácticas convencionales y asegurar métodos sostenibles impulsados por la tecnología para mejorar significativamente la eficiencia del agua sin perder productividad.
El camino hacia un futuro con seguridad hídrica requiere acción colectiva, innovación y un compromiso inquebrantable. Al reconocer el agua como un recurso compartido y finito, las empresas tienen la oportunidad de liderar con propósito y demostrar el valor de la sostenibilidad.
En Agrow, creemos que la colaboración y la tecnología son una inversión en la prosperidad del mañana. Juntos, podemos garantizar que el agua siga siendo un recurso para todos, impulsando el progreso y la sostenibilidad para las generaciones venideras.